Pero Micaías respondió:—Tan cierto como que el Señor vive, solo diré lo que el Señor me indique. 1 Reyes 22:14 (NTV)

Micaías era un profeta al que un rey estaba tratando de intimidar para que profetizara lo que el rey quería oír, en vez de lo que Dios le había dicho que dijera. El profeta sabía lo que tenía que hacer, y lo deja claro con su respuesta.

Aquí nos podemos lanzar una pregunta incómoda: ¿Cuántas veces hemos estado en una situación similar y hemos decidido callar lo que sabemos que Dios desea que hablemos? ¿Cuántas veces hemos cambiado nuestro discurso por quedar bien con los hombres, en vez de quedar bien con Dios?

Cada uno de nosotros tiene la capacidad de cambiar nuestro alrededor, contexto o medio si tan solo decidieramos hablar lo que el Señor nos indica. En nuestra boca hay poder para dar vida o para dar muerte. ¿Te vas a quedar con ese poder o lo vas a compartir?Habla

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *